El conocido “Agujero Azul” es una área marina que se encuentra fuera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Argentina. Sin embargo, aunque esté a una distancia mayor que las 200 millas que establece la ZEE, sí está en la plataforma continental, por lo tanto, le pertenece al país del “fin del mundo”. Tiene una superficie de 148 000 km2 y es hogar de una enorme biodiversidad. Un proyecto de ley busca convertirlo en un área nacional protegida y ya tiene media sanción por parte de la Cámara de Diputados. Ayer, consiguió dictamen en la Comisión de Ambiente para que avance su tratamiento en el Congreso.
La iniciativa propone declarar al “Agujero Azul” como una área marina protegida estricta bentónica o de fondo. Solo “el 8,2% de los espacios marinos bajo jurisdicción de la República Argentina se inscriben bajo la figura de áreas marinas protegidas. Incrementar este porcentaje redundaría en beneficios ambientales, económicos, sociales y estratégicos”, destaca el proyecto de ley.
Esteban Frere, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Centro de Investigaciones Puerto Deseado de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral dijo a Infobae: “El área protegida solo abarcaría a los fondos marinos, que son los de jurisdicción nacional. Con la norma, se busca evitar la pesca de arrastre de fondo de países extranjeros en la zona. Así se intensificaría la presencia de la Prefectura Naval y la Armada para colaborar con la conservación de Agujero Azul”. Quienes se oponen al proyecto es porque no permitiría la explotación petrolera en el área.
Por su parte, el experto en océanos y pesca ilegal, Milko Schvartzman, dijo al mencionado medio que, para él, el área marina protegida “debe tener diferentes zonificaciones, una estricta en la que no se puedan hacer actividades extractivas, y otra que permita cierta explotación regulada y controlada”. Además, destacó: “Allí hay mucha riqueza, incluyendo al calamar, que es una de las especies fundamentales de la cadena trófica marina. Es el principal alimento de la merluza común, que a su vez sirve de alimento a delfines, elefantes y lobos marinos, aves como pingüinos y albatros, entre otras”.
El proyecto busca crear el Área Marina Protegida Bentónica “Agujero Azul” bajo la categoría de manejo de Reserva Nacional Marina Estricta. En este lugar yacen los restos del Submarino “ARA San Juan”. Las áreas marinas protegidas son una herramienta fundamental para la investigación, la conservación de la biodiversidad y la protección de la estructura y funcionamiento de los ecosistemas.
La diputada por Identidad Bonaerense, Graciela Camaño, dijo ayer en el Congreso que su conservación “beneficia muchísimo” porque los recursos no deben acabarse. “No es cuantificable en términos económicos”, señaló, pero advirtió que los seres humanos son los únicos que pueden hacer algo para los animales. Para la legisladora, es imperativo que “el supermercado del Atlántico Sur” sea de la Argentina para las generaciones futuras.