Cuando no se trata de potencias mundiales, países del primer mundo o territorios con recursos útiles para explotar, la crisis queda escondida bajo la alfombra. Así ocurre con Afganistán, un país del sur asiático que, a pesar de su riqueza histórica, vive una crisis humanitaria sin precedentes desde hace varios años.
Paula Gil, presidente de Médicos Sin Fronteras España, viajó a Afganistán para conocer los proyectos de MSF ubicados allí. Frente al asombro, compartió un video explicando la situación en cuanto al sistema de salud, el rol de la mujer y la crisis humanitaria general que se vive en el país. Desde Eco News, te contamos una historia que debe ser conocida.
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Afganistán: un país en constante crisis humanitaria
Desde 1970, Afganistán sufre épocas de guerra e inestabilidad política. Entre guerras civiles e invasiones extranjeras, la situación de crisis fue constante hasta 2021, año en que empeoró con la llegada de los talibanes (un grupo fundamentalista islámico) que tomaron el control de casi todo Afganistán.
Según expertos del área de Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, desde que los talibanes se hicieron con el poder de Afganistán, “las políticas que han impuesto a la población afgana se han traducido en una anulación continua, sistemática y escandalosa de multitud de derechos humanos, entre ellos el derecho a la educación, al trabajo y a las libertades de expresión.
En agosto de 2021, “toda la ayuda exterior al sistema público se cortó de golpe y los fondos afganos también se congelaron”, tal como cuenta Paula Gil. La llegada de este grupo islámico tuvo un impacto directo en el sistema de salud, la gestión de los desastres naturales, la inseguridad alimentaria y, principalmente, la situación de la mujer.
Los expertos en DDHH de la ONU señalan a las mujeres y las niñas, las minorías étnicas, religiosas y de otro tipo, las personas con discapacidad, los desplazados, las personas LGBTQ+, los defensores de los derechos humanos, los periodistas, los artistas, los educadores y los ex funcionarios del gobierno y de seguridad como los más afectados.
Afganistán: la vulnerabilidad de la mujer en un país extremista
En su recorrido por Afganistán, lo que más sensibilizó a la presidenta de Médicos Sin Fronteras España fue la situación de las mujeres en el país. “La mortalidad tanto materna como infantil es una de las más altas del mundo. Más de la mitad de la población de Afganistán se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria y quienes más están sufriendo las consecuencias de esta crisis son las mujeres.”
Respecto a esto, Gil añade: “La desnutrición afecta mucho más a las mujeres y a las niñas. Cuando en casa no hay suficiente comida, se prioriza a los niños y a los hombres.”
Vivir en Afganistán siendo mujer: un desafío de supervivencia
La vulnerabilidad de la mujer en el país afgano fue potenciada con la llegada de los talibanes. Entre las características de la vida que llevan las mujeres en Afganistán, la presidenta de Médicos Sin Fronteras España destacó las siguientes:
- La mortalidad relacionada con la desnutrición es un 90% más alta en niñas que en niños.
- Las mujeres no pueden cursar estudios secundarios ni ir a la universidad.
- Al no poder capacitarse, hay escasez de nuevas enfermeras y doctoras. Además de esto, hay otra gravísima consecuencia: privación total de las mujeres para acceder a los servicios de salud. Esto ocurre porque en Afganistán las mujeres solo pueden ser atendidas por otras mujeres.
A pesar de estos impedimentos, desde MSF explican que, durante los últimos años, “nuestras compañeras afganas lograron atender casi 50.000 partos en los hospitales en los que damos apoyo”.
Según explica Gil, “Desde que los talibanes controlan el país hay una sensación real de más seguridad. Aunque todavía hay grupos armados activos como es el caso del estado islámico que intentan disputarle el terreno a los talibanes. Pero esta seguridad tiene un precio y ese precio lo están pagando las mujeres“.
Frente a esta situación, es fundamental poner el foco es los países más silenciados y apoyar a las organizaciones que allí trabajan.