Las personas viven cada vez más, pero a la vez tienen menos hijos, retrasan el embarazo o ni siquiera desean traer nuevas vidas al mundo. La ONU cree que la población, que actualmente llega a más de 8000 millones de personas, seguirá en aumento durante al menos 50 años más. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas la tasa de crecimiento demográfico se estancaría a finales del siglo XXI en 10 mil millones de personas. Sin embargo, el descenso constante de la tasa de fecundidad podría dar vuelta esa tendencia, haciendo realidad el concepto de ‘colapso demográfico‘.
En menos de 60 años, la cantidad de nacimientos a nivel global bajó de 5.1 hijos por mujer (1965) a 2.3 (2021), según datos del Banco Mundial. Las tendencias económicas, ecológicas y culturales del mundo moderno podrían detener el aumento masivo de la población y generar una problemática presentada como declive demográfico, invierno demográfico o colapso demográfico.
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¿Qué es el colapso demográfico?
La crisis climática que pone el peligro el futuro del planeta, la individualidad potenciada por las nuevas tecnologías y el abandono progresivo de las religiones, son solo algunas de las causas que han generado la disminución de la fecundidad.
Ante este fenómeno, expertos de todo el mundo coincidieron en el concepto de colapso demográfico para referir a la crisis de natalidad que afecta a todo el mundo. Se trata de un concepto opuesto a las ideas de Thomas Malthus, que hacia el siglo XVIII planteó una teoría demográfica según la cual el mundo tendría un desenfrenado crecimiento en su población, que generaría conflictos, hambre y enfermedades.
Sin embargo, Malthus también propuso una solución: “limitar el número de hijos podía resolver parcialmente la crisis poblacional en ciernes”, según la historiadora británica, Juliet Gardiner.
En base a esta idea, China fue uno de los tantos países que estableció la política del hijo único. Ante el creciente aumento de la población, fue Mao Zedong que en 1979 restringió la elección de tener hijos a solo 1 niño/a por mujer.
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Disminución de la tasa de natalidad: ¿cómo sigue la historia?
Las políticas de países como China hicieron efecto, y tal vez demasiado. Los datos del Banco Mundial demuestran que las personas tienen cada vez menos hijos, y es un tema de elección personal.
Frente a esta tendencia, China decidió relajar su política de control de natalidad y permitir hasta tres hijos por mujer. Pero, los expertos siguen coincidiendo en que la relación entre la alta población China (actualmente, más de 1400 millones de personas) y la contaminación, están íntimamente relacionadas en “el país más contaminante del mundo”, según la Agencia Internacional de Energía.
¿Relajar las políticas para evitar un colapso demográfico o restringir la natalidad para evitar un descontrol de sobrepoblación mundial?
Entre las idas y vueltas de dos tendencias con un futuro incierto, ¿qué crees que pasará en los próximas décadas con los números de población mundial?