El lunes 16 por la tarde, una paloma fue fotografiada cuando intentaba ingresar un teléfono celular a la Cárcel de Coronda, en Santa Fe. A pesar de los esfuerzos del personal de seguridad, el ave logró escapar debido a la altura en la que se encontraba y se adentró en el penal.
Sin embargo, el incidente no es aislado. Desde noviembre de 2023, el uso de palomas como medio de transporte de contrabando ha aumentado en la Cárcel de Coronda, según datos del Ministerio de Seguridad de la Argentina. Los presos las usan para ingresar teléfonos, baterías, cargadores, drogas —desde marihuana hasta cocaína— y cables, entre otros.
Aunque se sospecha que algunas palomas son criadas por los propios presos, aún no identificaron a los responsables ni el punto exacto desde donde se lanzan las aves hacia el penal.
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Las palomas, que históricamente se han utilizado para enviar mensajes o transportar objetos, ahora son entrenadas de manera rudimentaria para ingresar objetos ilícitos a las cárceles.
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Sin embargo, el insólito episodio también constituye maltrato animal. Las palomas de contrabando son capturadas y sometidas a entrenamientos forzados, además de ser obligadas a cargar peso excesivo, y son vistas como simples herramientas de contrabando en lugar de seres vivos.