“Un día hay 43 grados y al día siguiente graniza, y eso es peligroso porque no podemos predecir lo que va a ocurrir”, dijo André Oliveira, de 15 años, uno de los 6 jóvenes portugueses de entre 11 y 24 años que demandaron a 32 países por su inacción climática. Ellos sostienen que sus estudios, su futuro y su salud mental y física se ven afectadas por el cambio climático.
Los jóvenes aseguran que no quieren dinero, sino que se tomen medidas concretas y eficaces para mitigar la crisis climática. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) comenzó ayer a estudiar la denuncia presentada por los chicos contra 32 países por no hacer lo suficiente para detener el calentamiento global.
Se trata del primer caso climático presentado ante esa corte, en Estrasburgo, en el este de Francia. Los acusados son los 27 países de la Unión Europea, Rusia, Turquía, Suiza, Noruega y el Reino Unido.
“El caso concierne el impacto del cambio climático que los demandantes consideran imputable a los Estados, especialmente el calentamiento global traducido en olas de calor e incendios forestales que afectan a sus vidas y su salud”, dijo la presidenta de la Gran Sala del tribunal, Siofra O’Leary.
Los jóvenes aseguran que sufren ansiedad por su salud ante la crisis climática. Su demanda fue el producto de los feroces incendios que tuvo Portugal en 2017 y que dejaron más de 100 muertos. Algunos de los demandantes afirmaron tener alergias y problemas respiratorios durante los incendios. “Los gobiernos europeos no nos protegen”, enfatizó Oliveira, de 15 años, uno de los seis jóvenes que llevaron el caso a este tribunal en Estrasburgo, en el este de Francia.