La diseñadora Romina Palma se dio cuenta en el 2020 de que después de las tormentas quedaban muchos paraguas tirados en las calles de Buenos Aires.
La producción textil es altamente contaminante, ¿sabías que esta industria emite el 10% de dióxido de carbono de todo el mundo?
Cazaparaguas es un emprendimiento que surgió para empezar a reutilizar las telas de los paraguas desechados. Confeccionan pilotos, camperas y también ponchos.
Una vez que reciben el material, lo lavan, acondicionan y preparan para cortar la tela y así diseñar la ropa. Las partes que no utilizan, como varillas y plásticos, se entregan a recuperadores urbanos de la Ciudad de Buenos Aires.
¿Un dato? Para hacer una campera, se usan alrededor de tres paraguas.
El proyecto empezó en el Club Social de Costura, un lugar dedicado a la educación ambiental comunitaria a través del oficio textil. Ya reciclaron unos mil paraguas y siguen apostando a una economía circular que genere conciencia en las personas sobre nuestras formas de consumir y desechar para disminuir el daño al ambiente.
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