El pingüino hoiho, conocido por ser gritón, oloroso y una de las especies de pingüino más raras del mundo, ganó el controversial concurso Ave del Año 2024 en Nueva Zelanda.
Con el objetivo de generar conciencia sobre la fauna autóctona, sus hábitats y las amenazas que enfrenta en el país del continente oceánico, la competencia de aves más popular del mundo se asimila a una campaña política de seres humanos.
Entre apoyo y oposiciones, el triunfo del pingüino de ojos amarillos es más que una elección simbólica: representa una posibilidad para visibilizar la situación de “una de las especies de pingüinos más amenazadas del mundo”, según explica Yellow-eyed Penguin Trust.
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El pingüino de ojos amarillos, también conocido como hoiho, (en maorí, “el que grita“) es una de las especies de pingüinos más raros del mundo. Entre los motivos que le dan ese título se encuentran su canto estridente y particular, y su timidez: “Los hoiho no son tan sociables como otros pingüinos. Son muy tímidos y prefieren anidar lejos de la vista de sus vecinos”, según la ONG neozelandesa que trabaja en la conservación de este especie, Yellow-eyed Penguin Trust.
El único lugar del mundo donde habitan estos pingüinos es en Nueva Zelanda, con una población al norte y otra al sur. Además, según Oceanwide, “es posible que los pingüinos de ojos amarillos sean los más antiguos de todas las especies de pingüinos existentes.“
Pero el declive que han sufrido durante las últimas décadas lo clasifican como una especie en peligro de extinción ya que, en una gran parte de su área de distribución, están experimentando un grave y continuo descenso de su abundancia.
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Entre las amenazas en tierra que más afectan a los pingüinos hoiho se encuentran las actividades humanas: “históricamente, se los cazaba para obtener alimentos, los incendios destruían grandes extensiones de hábitat y las personas llegaban con depredadores”, cuenta Yellow-eyed Penguin Trust.
Pero el impacto marino también afecta gravemente a estos pingüinos, ya que “incluso en las islas alejadas de la costa sin impactos terrestres, es evidente una disminución en la población de hoiho”.
Estos pingüinos, considerados “centinelas del océano“, ayudan a comprender los efectos de la contaminación, la sobrepesca y el cambio climático. Además, son muy sensibles a las variaciones del océano y alertan sobre las amenazas a los ecosistemas marinos.
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Con administradores de campañas para cada ave y una cantidad de votantes masiva en todo el mundo, ya son más de 70 especies de aves las que participan del Bird of the Year.
Este año, celebridades nacionales y otras internacionales como Jane Goodall, mostraron su apoyo al hoiho, que triunfó con 6.328 votos.
Sin embargo, esta campaña fue una de las más calmas de los últimos años, con poco más de 52.000 votos verificados.
El año pasado, por ejemplo, la intervención del presentador de programas, John Oliver, fomentó la participación de personas en 195 países, que acumularon 350.000 votos. En ese entonces, el ganador fue el ave puteketeke.
Desde la organización del evento afirmaron que el puteketeke ganó “gracias a una campaña mundial del comediante británico-estadounidense John Oliver” que “pasará a la historia”.
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