En un sorprendente rescate que duró cuatro días, una ballena jorobada fue liberada de una situación que podría haberle costado la vida en el Estrecho de Hécate, cerca de British Columbia, Canadá. Una embarcación que navegaba por la zona se percató de la difícil situación del cetáceo y, sin dudarlo, se comprometió a ayudarlo.
Se estima que el 83% de las ballenas francas presentan heridas causadas por objetos de pesca descartados en el océano. Estos animales, al igual que muchas otras especies marinas, se ven gravemente afectados por la contaminación por plásticos y la pesca incidental. Miles de ballenas, delfines y marsopas mueren cada año atrapados en redes o al ingerir estos elementos.
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Si se toma en cuenta el ‘bycatch’ o ‘captura incidental’, el número asciende drásticamente: se calcula que 300.000 ballenas, delfines y marsopas mueren cada año al ser atrapados por redes.