A dos días de que el tribunal de Dinamarca decida si deja a Paul Watson en manos de la justicia de Japón, el protector de ballenas fue determinante en cuanto a sus objetivos ambientales: “Si creen que esto impide nuestra oposición, simplemente cambiaré de barco. Mi barco ahora mismo es la prisión de Nuuk”, dijo Watson, desde la prisión de Nuuk en Groenlandia.
El ambientalista de 73 años fue interceptado en uno de sus barcos el 22 de julio, en el mar de Groenlandia, bajo una petición de captura internacional de Japón. Ahora Watson podría ser extraditado al país que caza ballenas ilegalmente. Según dijo Watson a AFP sobre Japón, “Quiere dar ejemplo de que no hay que meterse con su caza de ballenas”.
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Por qué arrestaron a Paul Watson, el protector de ballenas
El fundador de la ONG Sea Shepherd Conservation Society fue arrestado el 22 de julio por la policía danesa en Groenlandia, bajo una orden de detención internacional emitida por Japón.
Desde hace décadas, Watson es referente en la protección de focas, delfines, ballenas, tiburones y tortugas, entre otros animales marinos. Pero es esa misma convicción ambiental la que lo llevó a ser interceptado en reiteradas ocasiones por países líderes en la caza ilegal, tales como Japón.
Desde 2010, tras ser acusado de traspasar dentro de las instalaciones de un buque japonés en el océano Ártico, Watson se encontraba bajo la mira de los líderes de la caza de ballenas japoneses, cuya orden de captura se concretó en julio pasado.
Ahora, la policía danesa decidirá si Watson es extraditado al país nipón, donde arriesga hasta 15 años de prisión.
Desde la cárcel, Watson dijo a AFP: “No hice nada, e incluso si lo hiciera la sentencia sería una multa de 1.500 coronas (223 dólares) en Dinamarca, ni siquiera una sentencia de prisión, mientras que Japón quiere condenarme a 15 años”.
El mundo de la protección ambiental, lejos de hacer caso omiso de la situación, organizó la campaña #FreePaulWatson. Desde la Embajada Danesa en Canberra, por ejemplo, los ciudadanos demostraron su apoyo al ambientalista, a fin de evitar su extradición a Japón.
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El verdadero motivo del arresto: la caza ilegal de ballenas
Japón, Islandia y Noruega son los únicos 3 países que permiten la caza de ballenas en la actualidad. Justificada con “fines científicos”, la caza furtiva de Japón es una de los principales motivos por los que diversas especies de ballenas están en peligro de extinción. Según el Animal Welfare Institute “Se estima que 2,9 millones de ballenas fueron asesinadas durante el siglo XX, reduciendo los ejemplares de ballenas azules hasta en un 90%”.
A pesar de que existe una disposición internacional de 1986 que prohíbe la caza de ballenas con fines comerciales, Japón sigue realizando estas prácticas de manera constante.
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En este sentido, la fundación de Paul Watson trabaja en altamar desde 1977 con el fin de proteger y conservar el ecosistema y las especies. Pero su trabajo representa un obstáculo para la industria de la pesca ilegal.
Aún desde la cárcel de Nuuk en Groenlandia, Watson fue claro respecto a sus objetivos: “En 1974, mi objetivo era erradicar la caza de ballenas y espero lograrlo antes de morir”.
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