En un hecho sin precedentes que subraya el compromiso de la ciudad con un futuro sostenible y saludable, el Concejo Municipal de Rosario aprobó el pasado jueves 4 por unanimidad la Ordenanza que establece el “Régimen de Promoción de la Producción y Comercialización de Productos Agroecológicos y Orgánicos”.
Esta normativa fue presentada por los Concejales Norma López y Mariano Romero y fue respaldada por todos los bloques políticos presentes. El avance representa un hito fundamental en la política pública de la ciudad, al armonizar y potenciar el entramado agroecológico existente.
Esta ordenanza surge como resultado de un proceso de discusión que se denominó “Alimentar Ciudades”, impulsado por el Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, la Red Nacional de Alimentos Cooperativos, la Cooperativa de Trabajo Germinar Ltda., la Asociación Civil Salud Socio Ambiental, la Escuela Agrotécnica General San Martín, y el auspicio de la Comunidad de Práctica Latinoamérica y Caribe Nutrición y Salud (Colansa).
La normativa también pretende visibilizar e instalar la problemática de la alimentación e integra un vasto conjunto de disposiciones y programas previos que han posicionado a Rosario como referente en agroecología.
Salud como eje central: acceso a alimentos sanos para todos
Uno de los pilares fundamentales de esta ordenanza es el impacto directo en la salud de los rosarinos. Al fomentar, facilitar y optimizar las condiciones para la producción agroecológica, se garantiza una mayor disponibilidad y accesibilidad a alimentos seguros y saludables.
La normativa reconoce explícitamente que la reducción de la exposición a sustancias químicas, la protección de los ecosistemas y la promoción de circuitos cortos de comercialización son determinantes clave para mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población. El objetivo es claro: contribuir activamente al consumo de alimentos que nutran y no expongan a riesgos, fortaleciendo así la salud desde una perspectiva integral.

La Economía Solidaria en el corazón del modelo productivo
La ordenanza destaca la importancia crucial de la sociedad civil, asegurando un rol protagónico para las organizaciones de la Economía Solidaria: productores, comercializadores y consumidores, e instituciones que se dediquen a la producción, comercialización, distribución y consumo organizado de alimentos agroecológicos y orgánicos.
Esta inclusión no sólo legitima el trabajo de cooperativas, mutuales y asociaciones de consumidores, sino que las integra como actores esenciales en la construcción de un sistema alimentario más justo, equitativo y local, fomentando experiencias asociativas y sosteniendo economías circulares y solidarias.
Un consenso transversal en tiempos de división
La aprobación unánime de esta ordenanza es, quizás, el aspecto más remarcable del proceso. En un escenario político nacional y local a menudo polarizado y con marcadas divisiones, el hecho de que todos los concejales presentes y todos los bloques hayan adherido sus firmas al proyecto, envía un mensaje potente.
Más allá de la habitual polémica que a veces rodea a la agroecología, este consenso transversal demuestra una madurez política y un compromiso compartido con una visión de ciudad. Subraya que, cuando se trata de la salud de los ciudadanos, la protección del ambiente y el desarrollo sostenible, las diferencias partidarias pueden ceder ante un objetivo común y superior.












