La Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió que la demanda mundial de electricidad crecerá a un ritmo más rápido en este 2024 y 2025 en comparación a los últimos años. Lo hizo a través de su actualización de mitad de año sobre electricidad y publicado en su sitio web.
Según detalla el resumen ejecutivo, el escenario de incremento viene impulsado por el fuerte crecimiento económico, las intensas olas de calor y la creciente adopción de tecnologías que funcionan con electricidad, como los vehículos eléctricos.
“El crecimiento del 4% esperado para 2024 es el más alto desde 2007, con las excepciones de los fuertes repuntes en 2010 después de la crisis financiera mundial y en 2021 tras el colapso de la demanda inducido por Covid”, señala el documento. Asimismo, sostiene que para 2025 la suba rondará el 4%.
“Se proyecta que tanto en 2024 como en 2025, el aumento del uso mundial de electricidad será significativamente mayor que el crecimiento del PIB mundial del 3,2%. En 2022 y 2023, la demanda de electricidad creció más lentamente que el PIB”, agrega.
¿Cómo influyen las olas de calor en el consumo eléctrico?
Las olas de calor, experimentadas en el primer semestre de 2024, incrementaron la demanda de electricidad e incluso puso a prueba a las redes eléctricas. “Mayo de 2024 fue el mes más caluroso desde que se tienen registros a nivel mundial y el duodécimo mes consecutivo de temperaturas récord”, indica el informe.
Las olas de calor de abril y mayo en México provocaron apagones cuando las temperaturas alcanzaron los 50 °C y los cortes duraron al menos cuatro días consecutivos. Se observaron picos de carga de unos 50 GW. Ciudad de México, con más de 10 millones de habitantes, batió tres veces récords de calor en medio de una persistente sequía que puso a prueba los recursos hídricos y eléctricos.
Santiago de Chile soportó olas de calor récord en febrero, al igual que Argentina, lo cual provocó averías de infraestructura en medio de un consumo de energía muy superior.
“A medida que más hogares comiencen a comprar aparatos de aire acondicionado, el impacto aumentará sustancialmente, en particular en las economías emergentes, donde la proporción de hogares con aparatos de aire acondicionado es actualmente mucho menor en comparación con las economías avanzadas con climas comparables”, alerta la AIE.
Energías limpias romperán nuevos récords
Según reporta la actualización de la organización internacional, a pesar del marcado aumento del uso de electricidad, “se espera que la energía solar fotovoltaica por sí sola cubra aproximadamente la mitad del crecimiento de la demanda mundial de electricidad hasta 2025“.
Junto con la generación de energía eólica, representará casi el 75% de ese aumento. Además, se estima que la generación mundial de electricidad a partir de energía solar fotovoltaica y eólica supere a la de la energía hidroeléctrica en 2024.
La industria energética alcanzará un punto clave en su plan de descarbonización cuando la producción total de electricidad a partir de fuentes renovables supere a la de carbón en 2025. Esto es porque la cuota de las energías renovables en el suministro mundial de electricidad alcanzó el 30% en 2023 y se prevé que siga aumentando hasta el 35% el próximo año.
(Leé más: América Latina lidera la generación de energías renovables en el mundo)
Qué sucederá con las emisiones del sector energético
El documento asegura que “las emisiones del sector energético se están estancando, con un ligero aumento en 2024 seguido de una disminución en 2025“.
En particular, la producción a carbón se mantendrá resistente en lo que queda del 2024 debido al fuerte crecimiento de la demanda de electricidad, lo que dificultará una disminución de las emisiones de CO2 del sector energético mundial.
En países de América Latina como México y Colombia, la sequía y la baja producción hidroeléctrica provocaron incluso cortes de suministro eléctrico y un consecuente incremento en el uso de energías fósiles.
A pesar de las dificultades regionales, la AIE augura una mayor generación eólica y solar fotovoltaica: “Aunque las condiciones meteorológicas extremas, como las olas de calor y las sequías, así como las crisis económicas o los cambios en las políticas gubernamentales, pueden provocar un repunte de las emisiones en años concretos, la tendencia estructural de las fuentes de energía limpias que limitan los combustibles fósiles se mantendrá firme”.