La Comisión Europea hará mañana 13 de octubre una votación muy importante: definirá si renueva o no la autorización del glifosato por diez años más. Aunque estiman que la mayoría dirá que sí y que se extenderá la habilitación, un caso emblemático francés hace que esta decisión no pase desapercibida. Un organismo oficial de Francia reconoció “un posible vínculo de causalidad” entre las malformaciones de nacimiento de un adolescente que tiene ahora 16 años y el herbicida glifosato, el agroquímico más utilizado en el mundo.
Fue el Fondo de Indemnización de Víctimas de los Pesticidas (FIVP) quien hizo este reconocimiento e indemnizó al joven Théo Grataloup con 1 000 euros al mes, que tendrá que abonar la Mutualidad Social Agrícola, el organismo de la Seguridad Social de los agricultores, ya que su madre cuando estaba embarazada trabajó con glifosato en un centro ecuestre en agosto de 2006, antes de saber que estaba esperando un hijo. La decisión no tiene precedentes en Francia. Aunque fue tomada por expertos el 10 de marzo de 2022, la familia no había querido hacerla pública hasta ahora, para que coincida con el debate en la Unión Europea sobre una nueva prolongación del glifosato.
Théo ya pasó por 54 operaciones desde su nacimiento y la mayoría fueron para reconstruir sus sistemas digestivo y respiratorio porque nació con graves malformaciones de la laringe, del esófago y otros órganos. Tras las cirugías, pudo empezar a “comer por la boca, respirar gracias una traqueotomía y hablar con el esófago”, explicó su mamá, Sabine Grataloup.
Grataloup dijo a varios medios que les resulta “insoportable ver ahora a políticos, periodistas y líderes de opinión que defienden la renovación del glifosato afirmando que la ciencia se ha pronunciado, que este producto no es problemático”. Por su parte, el adolescente le preguntó al presidente francés, Emmanuel Macron, cuándo va a cumplir su “promesa” de acabar con el glifosato que había hecho en 2017. Frente a esto, el portavoz del gobierno francés dijo que el país ya redujo en un 20% el consumo de glifosato y que el plan es no usarlo más en un futuro.
La autorización actual del glifosato en la UE se prorrogó en 2017 inicialmente por cinco años, pero luego sumaron un año más en diciembre de 2022. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó en 2015 como “cancerígeno probable” al glifosato, la sustancia activa del reconocido Roundup, de la empresa Monsanto, ahora comprada por la farmacéutica Bayer.