En el corazón de la Patagonia argentina, más precisamente en Trevelin, Chubut, se esconde un rincón de ensueño que nos transporta a los campos de tulipanes de los Países Bajos. Gracias a la iniciativa de una familia de origen galés, hoy podemos disfrutar de este maravilloso espectáculo natural.
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La historia detrás de Tulipanes Patagonia
Todo comenzó a fines del siglo XIX, cuando cientos de familias galesas llegaron a la Patagonia en busca de nuevas oportunidades. Una de esas familias adquirió un terreno en Trevelin con el propósito de cultivar trigo. Sin embargo, fue el bisnieto de uno de aquellos pioneros, Juan Carlos Ledesma, quien decidió darle un giro inesperado a la historia familiar.
Hace más de 25 años, Ledesma se enamoró de los tulipanes y comenzó a cultivarlos en este suelo patagónico. Hoy, Tulipanes Patagonia es una empresa familiar que produce una amplia variedad de tulipanes y abre sus puertas al público cada primavera para que todos puedan disfrutar de este espectáculo único.
Un mar de colores en la Patagonia
Durante el mes de octubre, los campos de tulipanes en la se transforman en una explosión de color. Más de 30 variedades de tulipanes florecen, creando un paisaje de ensueño que atrae a visitantes de todo el país.
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Sin embargo, los tulipanes, a pesar de su fuerte asociación con los Países Bajos, son originarios de Turquía. De hecho, en el siglo XVII, estos bulbos desencadenaron una verdadera fiebre especulativa en Europa, conocida como “tulipomanía”.