El tremendo calor que azotó en meses recientes a México y Centroamérica fue 35 veces más probable debido al actual cambio climático, según un análisis de atribución realizado por científicos del World Weather Attribution.
Desde marzo, América del Norte (que incluye a México) y América Central se han visto afectadas por temperaturas que se consideran peligrosas. El cambio climático, provocado por la quema de petróleo, carbón y gas, y otras actividades humanas como la deforestación, está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes, largas y calurosas en todo el mundo.
Para cuantificar el efecto del calentamiento en las temperaturas extremas en la región, los científicos analizaron datos meteorológicos y modelos climáticos para comparar cómo han cambiado este tipo de fenómenos entre el clima actual, con aproximadamente 1,2ºC de calentamiento global, y el clima más frío de la era preindustrial.
Según el análisis, el actual cambio climático está haciendo que el calor extremo de mayo-junio sea mucho más frecuente. Temperaturas máximas como las registradas en Norteamérica y Centroamérica son hoy 35 veces más probables que en la época preindustrial (1750). El efecto del cambio climático en las temperaturas nocturnas es aún mayor, ya que el análisis muestra un aumento de 200 veces debido al calentamiento global.
Gran parte de este cambio se ha producido en los últimos años. En el año 2000, se esperaba que un calor similar en mayo-junio se produjera una vez cada 60 años, aproximadamente una vez en la vida. En la actualidad, con un calentamiento adicional de 0,5 °C desde el cambio de milenio, se produce aproximadamente una vez cada 15 años.
Si el ser humano sigue contaminando la atmósfera con emisiones de combustibles fósiles, se producirán periodos de calor similares incluso con más frecuencia.