Preocupada por el impacto negativo en el ambiente del alga undaria pinnatifida, más conocida como wakame, originaria de Asia e invasora del litoral chubutense, Carola Puracchio comenzó a incorporarla en sus recetas, posicionándola como materia prima por excelencia en esta región.
Esta alga ocupa unos mil kilómetros a lo largo de la costa argentina, invadiendo el ecosistema marino y causando una dramática disminución en la riqueza y diversidad de las algas nativas.
Gracias a un curso de cocina dictado por Patagonia Azul, un proyecto impulsado por la Fundación Rewilding Argentina que busca ampliar la protección y restaurar los ecosistemas del mar argentino, Carola decidió usarlas con el inicio de su emprendimiento gastronómico “Amar”, ubicado en Camarones, en la provincia patagónica de Chubut.
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El programa “Emprendedores por Naturaleza” abarca una serie de talleres que buscan fomentar el emprendedurismo de la mano del turismo de naturaleza para el destino chubutense Patagonia Azul.
Según el proyecto, la conservación marina sin tener en cuenta las comunidades costeras no es un camino efectivo. Es por eso que el turismo es una herramienta de conservación que involucra a toda la sociedad en la protección marina.
Al sacar y reutilizar las algas, Carola tiene como objetivo darles lugar en la alimentación cotidiana por los nutrientes que aportan, e inspirar a que más cocineros las utilicen para que se conviertan en el ingrediente marino de la Patagonia.