El miércoles 18 de septiembre, un operativo conjunto entre la Brigada de Control Ambiental (BCA) y la Policía Federal Argentina (PFA) descubrió un depósito en Buenos Aires con 40 toneladas de astas de ciervos de distintas especies.
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Los cuernos estaban envueltos en plástico, listos para su venta ilegal, y no tenían la documentación necesaria, lo que hizo suponer a las autoridades que provenían de caza furtiva. Además, hallaron otros productos derivados del ciervo como cinturones, zapatos, botas, cuchillos, tenedores y tablas parrilleras.
El allanamiento, ordenado por el juez federal Ariel Lijo, llevó a la clausura del galpón, cuya ubicación no fue revelada. La Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA) imputó a los responsables del depósito por infringir la Ley de Conservación de Fauna Silvestre (22.421), que prohíbe la comercialización ilegal de estos productos.
¿Qué dice la ley sobre la caza de ciervos en Argentina?
En Argentina, la caza de ciervos está prohibida o regulada dependiendo de la especie. El ciervo de los pantanos, por ejemplo, es una especie autóctona, vulnerable y amenazada: su caza está prohibida por ley.
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Sin embargo, las especies exóticas, que fueron introducidas en el país para la caza deportiva, no tienen la misma protección. Su caza está regulada, aunque la venta ilegal de sus productos está controlada.
A pesar de la Ley 22.421, que regula la captura, tenencia y comercialización de especies, las sanciones aplicadas a la caza furtiva y el comercio ilegal suelen ser excarcelables o laxas.