El gobierno nacional argentino encabezado por Javier Milei del partido La Libertad Avanza (LLA) anunció días atrás que se permitirá importar alimentos. La pregunta es, ¿un país que fue considerado el “granero del mundo” y que está lleno de tierras fértiles necesita esa medida? ¿Es eficaz para bajar la inflación esta manera, como asegura el Gobierno? ¿Alienta a la competencia y a que bajen los precios o es un freno a la producción nacional?
La inflación en Argentina está causando estragos: según Unicef, a finales de 2023, el 57% de los niños y adolescentes eran pobres, es decir, 7.1 millones de menores. Los datos del INDEC también son contundentes y dolorosos: el país acumula una inflación interanual del 276,2%.
UTT: “Importar alimentos es destruir la producción nacional”
El Gobierno busca que la apertura de importaciones para alimentos de la canasta básica logre bajar los precios. Al tener competencia, se verían obligados a repensar los montos. Pero, ¿quiénes manejan los precios?
En Argentina, la concentración en el sector de alimentos es enorme. Por eso, los pequeños y medianos productores rurales que venden a un menor precio que las grandes marcas están en contra de esta medida. ¿Por qué en vez de facilitar la importación no alienta el desarrollo y crecimiento de estos productores que benefician al mercado interno a precios razonables?
“El anuncio del gobierno nacional de importar alimentos atenta directamente contra la producción nacional. Cada kilo de alimento que se importe será un productor menos, un trabajador menos y cooperativas y pymes que cerrarán“, comunicó la organización de familias pequeño productoras y campesinas más grande del país, la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) que “lucha por una Argentina soberana, justa e igualitaria”.
Una parte de la UTT se dedica a la producción agroecológica, es decir, sin agroquímicos contaminante.
Y continuaron: “Señor presidente, es errado querer bajar la inflación destruyendo la producción nacional y local. Es errado continuar instaurando políticas públicas que conforman un plan de negocios macroeconómico que solo beneficia a los poderosos. Es errado desconocer que el entramado económico, productivo y social necesita de un pueblo con trabajo y capacidad de satisfacer sus necesidades, porque aunque avance otorgando beneficios a los poderes económicos, el deterioro social no tardará en explotar. Es errado que un país productor de alimentos los importe”.
Además, indicaron que el 60% de los alimentos frescos que se consumen en las mesas argentinas son producidos por las familias pequeñas productoras. “Somos el campo que alimenta, el que entiende al alimento con un derecho y no como una mercancía, el que produce trabajo y arraigo, el campo solidario. Sabemos que existe una alternativa real y la estamos construyendo. También sabemos que cada kilo importado es una Argentina más pobre”, concluyeron.
Para acceder a alimentos agroecológicos de la UTT, podés encontrar toda la info acá.