El bambú puede absorber hasta 300 toneladas de dióxido de carbono (CO2) por hectárea cultivada. Por sus beneficios ecosistémicos, una argentina creó un emprendimiento que asegura ser el primero en hacer cuero vegetal a partir de esta planta. De esta manera, promueve una elaboración de cuero más sostenible.
Es que la industria del cuero tradicional está asociada a múltiples problemas. Más allá del maltrato animal por el que animalistas se muestran en contra, su producción suele llevar consigo cría de ganado extensiva, deforestación y contaminación.
La empresa creada por Natalie Pérez se llama Bambuflex. Comenzó esta aventura en 2011 cuando participó de un workshop para aprender a utilizar el bambú como alternativa sostenible en la construcción, la moda y el hogar.
Luego, se contactó con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), y juntos analizaron el potencial de usar esta planta como cuero vegetal. Así, tras un gran esfuerzo, ofrecen un producto biodegradable, vegano y de aislación térmica-acústica en distintos colores.
Los beneficios del bambú
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el bambú es una gran alternativa para rubros que van desde la construcción hasta la bioenergía y alimentos, por su rápido crecimiento y alta tolerancia.
Además, esta planta tiene usos ornamentales, alimenticios y medicinales desde hace milenios. Incluso, según la Organización Internacional de Bambú y Ratán, la producción de bambú se da en 43 países del sur global, e incorpora 7 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030.
No obstante, hay que tener mucho cuidado: su uso es positivo como reemplazo al cuero convencional por el impacto positivo de la planta en el ambiente, pero su monocultivo siempre debe evitarse.