Este martes 22 de abril el mundo celebra el Día de la Tierra y cientos de estadounidenses protagonizan marchas, piquetes y eventos de limpieza, en un esfuerzo por aumentar la resistencia al autoritarismo de la administración Trump y su “guerra contra el planeta“.
Acciones en pro del medio ambiente y la democracia
Una quincena después de la movilización de Hands Off (manos fuera, en español) que atrajo a millones a las calles, los organizadores nacionales y de base se están uniendo con grupos prodemocráticos para impulsar una ola de acciones que exijan el derecho a vivir vidas libres y saludables.
En Nueva York, miles de personas se reunieron en el Bajo Manhattan el sábado para la “Hands Off Migrants march” (Manos fuera de los migrantes, en español) respaldada por docenas de grupos de justicia climática y migrantes, pidiendo a Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) salga de Nueva York, y que dicha ciudad abandone los combustibles fósiles. Los dos movimientos convergieron en medio del encono de Trump contra los migrantes y el apoyo a los combustibles fósiles, lo que impulsará más colapso climático y migración forzada.
Por su parte, en Milwaukee, una marcha organizada por Indivisible y 50501 señaló a los legisladores republicanos que respaldan los recortes sin precedentes a la atención médica, la educación, las protecciones ambientales y la financiación climática.
“Trump está atacando a los migrantes y al planeta al alinearse con el gran petróleo y erosionar las protecciones duras. Mientras luchamos contra el autoritarismo de Trump, los grupos climáticos deben ser parte de la resistencia porque todos estamos bajo amenaza”, subrayó a The Guardian, Renata Pumarol, subdirectora del Climate Organizing Hub.
Según señala el diario anteriormente citado, “Trump y su mega donante, el multimillonario Elon Musk, han dirigido el desmantelamiento de las oficinas federales que supervisan el aire limpio, el agua potable, los parques nacionales y los bosques, la conservación, la agricultura climática inteligente y la justicia ambiental a una velocidad vertiginosa, así como la agencia de protección ambiental (EPA)”.
En esa línea, se han reducido los estándares regulatorios para combustibles fósiles, plantas petroquímicas, minería y otras industrias contaminantes, junto con una ofensiva sin precedentes contra la libertad de expresión, los migrantes y las universidades.
The Guardian revela en su edición de hoy que Trump estaría pensando en una orden ejecutiva que elimina el estado exento de impuestos para algunos grupos climáticos, lo que podría resultar devastador para organizaciones de base más pequeñas. Como si fuera poco, la Casa Blanca también está presionando al Congreso para que apruebe un proyecto de ley de conciliación presupuestaria que cancela miles de millones de dólares en las subvenciones de la era de Biden para las inversiones en energía limpia y protección del medio ambiente.
*Fuente: The Guardian