La Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, en colaboración con 33 instituciones públicas y privadas, ha dado un paso revolucionario en el campo de la investigación científica. A través del proyecto VICT3R, se busca reducir drásticamente el número de animales utilizados en pruebas de seguridad de fármacos y otras sustancias químicas, reemplazándolos por modelos virtuales generados por computadora.
¿Cómo funcionan los “conejos virtuales”?
Los investigadores utilizarán datos históricos de animales reales, combinados con técnicas de inteligencia artificial, para crear modelos virtuales altamente precisos. Estos modelos permitirán simular las respuestas de los ejemplares a diferentes tratamientos, evitando así la necesidad de realizar experimentos en animales vivos.
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“Mediante la implementación de grupos de control virtuales, podemos reducir significativamente el uso de animales, aportando tanto valor ético como beneficios económicos“, afirmó Thomas Steger-Hartmann, líder industrial del proyecto.
Un avance para la ciencia y la ética
El proyecto VICT3R se alinea con las 3R de la experimentación animal: reducir, refinar y reemplazar. Al reducir el número de animales utilizados en investigación, se contribuye a mejorar el bienestar animal y a avanzar hacia una ciencia más ética. Además, este enfoque innovador puede acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos y productos, beneficiando a la sociedad en su conjunto.
“Aunque en muchos casos se espera poder generar los controles virtuales usando datos históricos de animales reales, en otros casos esto no será posible, a causa de, por ejemplo, la limitada disponibilidad de datos de ciertas especies o condiciones experimentales. En estos casos, los métodos generativos de inteligencia artificial pueden ser de ayuda, produciendo animales virtuales completamente sintéticos”, explicó el profesor de la UPF Manuel Pastor, a cargo de la aplicación de técnicas de inteligencia artificial.
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Un proyecto ambicioso con respaldo europeo
El proyecto VICT3R cuenta con el apoyo de la iniciativa europea Innovative Health Initiative (IHI), que ha destinado 13,5 millones de euros para su financiación. Se estima que, gracias a esta iniciativa, se podrá reducir hasta un 25% el número total de animales utilizados en pruebas de seguridad en Europa.
Según un estudio de 2015 llevado a cabo por Cruelty Free International, utilizaron más de 192 millones de animales para propósitos científicos tan solo en ese año. Además, 9.6 millones de animales fueron criados para experimentos en la Unión Europea, pero luego no fueron utilizados para tal fin.
Un futuro sin experimentación animal
Este proyecto representa un hito importante en la búsqueda de alternativas a la experimentación animal. Al demostrar que es posible obtener resultados científicos fiables utilizando modelos virtuales, se abre la puerta a un futuro en el que la investigación científica sea más ética y sostenible.