Un hecho insólito ocurrido en la autopista Panamericana puso en el centro de la escena un tema poco conocido pero de gran relevancia: el comercio de carne de caballo en Argentina. La periodista María O’Donnell, al relatar la fuga de estos animales, destapó una realidad sorprendente: el país es el principal exportador mundial de carne equina.
La imagen de 46 caballos sueltos galopando por una de las principales autopistas del país generó conmoción y sorpresa en la opinión pública. Sin embargo, más allá del impacto visual, este episodio sirvió como disparador para reflexionar sobre una actividad económica que, si bien es legal, plantea interrogantes sobre su impacto socioambiental y ético.
“Nosotros tenemos prohibido el consumo de carne de caballo, pero hay muchos países que sí la consumen como es en Europa, Japón, la carne de caballo es muy consumida. Entonces hay todo un negocio ilegal porque no se puede faenar. Es una paradoja muy grande porque la podés exportar y eso habilita todo un negocio ilegal respecto de cómo se faenan los caballos, pues no se pueden producir para la faena”, explicó la O’Donnell.
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Según datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, en 2019 Argentina exportó más de 17 mil toneladas de carne equina, generando ingresos por 63 millones de dólares. Esta cifra posiciona al país como líder indiscutido en este mercado a nivel global.
Si bien el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) aclara que no existe ninguna prohibición para el consumo de carne equina en Argentina, sí establece restricciones en cuanto a la faena y comercialización de la misma.