La industria de la aviación genera aproximadamente el 2% de todas las emisiones de CO2 (solo en 2023, produjo alrededor de 882 millones de toneladas de CO2) y el panorama a futuro no es superador (todo lo contrario). Es que según señaló a The Guardian el grupo de profesionales Call Aviation to Action, el sector está “fallando dramáticamente” en abordar su papel en este desafío global.
Este grupo compuesto por apasionados del vuelo que también sienten una profunda preocupación por el impacto ambiental de la industria, están pidiendo un cambio fundamental en la forma en que la aviación opera, incluyendo la necesidad de controlar los números de vuelo y adoptar tecnologías más sostenibles.
Desafíos de la industria
El grupo señala que la industria de la aviación se muestra demasiado optimista sobre las tecnologías de reducción de emisiones y sigue atrapada en un modelo de negocio que requiere un aumento constante en los números de vuelo. Esto representa un grave riesgo para el planeta, ya que la falta de acción climática significativa podría llevar a consecuencias desastrosas.
Karel Bockstael, cofundador de Call Aviation to Action, y ex vicepresidente de sostenibilidad en KLM Royal Dutch Airlines, afirmó a The Guardian que la industria debe reinventarse para restaurar su contribución positiva al mundo. Advierte que, de no tomarse medidas, las emisiones de la aviación podrían representar una cuarta parte de todas las emisiones causadas por humanos para el año 2050, lo cual sería una situación desastrosa.
Esta iniciativa ha logrado atraer a numerosos profesionales de la aviación preocupados por la crisis climática, quienes desean alzar su voz y contribuir a un cambio real en la industria. “Es hora de romper el silencio y trabajar juntos para construir un futuro más limpio y sostenible para la aviación”, expresan desde la agrupación. Para ello, es crucial que la industria establezca objetivos de recorte de emisiones en línea con los presupuestos basados en la ciencia y deje de oponerse a las políticas climáticas. Además, la gestión justa de la demanda global de vuelos es parte fundamental de la solución.
Además de la implementación de tecnologías de reducción, Bockstael mencionó medidas adicionales como impuestos sobre el vuelo o el carbono para mantener niveles sostenibles de pasajeros.
*Fuente: The Guardian