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Una de las herramientas para abordar el cambio climático es el mercado de carbono. Estos son acuerdos en los que los países, empresas, organizaciones y hasta individuos, intercambian permisos para emitir dióxido de carbono (CO2), conocidos como “créditos de carbono”.
A priori parece contradictorio para cumplir con el Acuerdo de París, pero si está regulado es un avance en materia de mitigación, porque, como explica la organización Carbon Market Watch, es un incentivo financiero para reducir las emisiones.
¿Cómo? Hay variados tipos de este sistema, pero en resumen funcionan así: una empresa que acordó un límite de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en sus operaciones (dentro de un plan a largo plazo para llegar a la carbono neutralidad) puede emitir aún menos de lo estipulado y “vender” esas emisiones restantes permitidas a otra empresa que aún no logre disminuir las suyas.
“El dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, se transforma en un instrumento transable, lo que luego da lugar a un mercado de carbono”, dijo a Chequeado Francisco Calise, gerente de desarrollo de negocios en la start-up Carbón Neutral +. Y añadió: “Se comercializa un intangible; es decir, cada tonelada de dióxido de carbono que fue evitada de ser emitida o capturada”.
Argentina y su primer mercado de carbono
Para que funcione el mercado de carbono debe estar regulado, sino es una farsa. Es decir, tienen que estar bien implementados para lograr el objetivo final: el cumplimiento del Acuerdo de París que tiene como finalidad restringir el calentamiento global a “muy por debajo de 2°C” y “proseguir los esfuerzos” para mantenerlo en 1,5°C.
Argentina, gracias a un acuerdo exclusivo en la COP28, tendrá su primer mercado de carbono que estará regulado. El trato lo hizo con ACX: la primera bolsa digital de carbono con más de 16 millones de transacciones, la única regulada del planeta y respaldada por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés).
La Bolsa Argentina de Carbono (BACX) tiene el objetivo de impulsar y escalar el potencial de los servicios ecosistémicos del país y de otros sectores como energía, commodities, aviación, residuos, agricultura y la construcción, entre otros.
El presidente de la BACX, Adrián Cosentino, dijo: “Estamos muy contentos de anunciar la primera plataforma de trading para el mercado de carbono argentino, con el respaldo tecnológico y regulatorio de ACX. La bolsa ayudará a acelerar la acción climática de nuestro país con innovación y transparencia de vanguardia con el objetivo de acelerar las metas de reducción de emisiones públicas y privadas”.
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Argentina tiene pocos proyectos dentro del mercado de carbono y necesita herramientas financieras que le permitan lograr a todos los sectores, para así lograr la transición hacia una economía libre de emisiones. En este sentido, el mercado voluntario ofrece instrumentos financieros para invertir en la transición ecológica, es decir, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y emitir créditos de carbono de calidad que permitan compensar a nivel nacional e internacional.
Por su parte, Alejandro Guerrero, vicepresidente de la BACX, agregó: “Somos la única plataforma que puede dar las garantías y el respaldo a las transacciones a nivel local y global, para agilizar la transición hacia una economía verde, que maximicen los esfuerzos de conservación y descarbonización en un contexto global complejo”.
Y sumó que la “BACX contará con una tecnología probada y con programas de riesgos y seguros para paliar la crisis climática siendo una garantía de políticas a largo plazo”.
Detrás de la Bolsa Argentina de Carbono no solo está ACX, sino también Green Carbon Exchange, ambas comprometidas a hacer posible la transición a una economía global net-zero.
ACX es la primera bolsa de carbono totalmente regulada, que conecta a los participantes del mercado voluntario de carbono (VCM) mundial para negociar contratos de créditos de carbono al contado y futuros de forma transparente. ACX recibió más de 40 millones de dólares de inversión del Deutsche Börse y del Abu Dhabi Wealth Fund y es liderada por William Pazos, co-founder y CEO.
Aleandra Scafati, quien lidera la estrategia para América Latina y el Caribe como presidenta del Green Carbon Exchange, dijo: “Apuntamos a construir un ecosistema que apalanque la emisión de créditos y futuros de carbono de calidad con financiamiento garantizado”.
Incluso, Green Carbon Exchange está comprometida en garantizar la trazabilidad digital, el monitoreo y control, y la rendición de cuentas a todas las acciones de gobiernos, organizaciones y empresas que se sumaron a la meta “30×30” que tiene el objetivo de alcanzar el 30% de áreas protegidas para el año 2030, complementariamente a la campaña Race to Zero (Carrera hacia Cero).
