Buenos Aires amanece por segundo día consecutivo bajo niebla. A simple vista, la niebla y la neblina pueden parecer fenómenos atmosféricos idénticos. Sin embargo, existen diferencias sutiles pero importantes que las distinguen.
En este artículo, nos adentraremos en el mundo de la meteorología para comprender a fondo las características de cada una y desentrañar los misterios que se esconden detrás de estas nubes bajas que rozan el suelo.
¿Qué es la niebla?
La niebla se define como una nube baja que se forma cerca de la superficie terrestre cuando la temperatura del aire desciende por debajo del punto de rocío, es decir, la temperatura a la cual el aire ya no puede retener más vapor de agua en forma de gas y se condensa en pequeñas gotas líquidas.
Estas gotitas, diminutas pero numerosas, son las que dan a la niebla su apariencia densa y opaca, reduciendo la visibilidad a pocos metros. Este fenómeno puede presentarse en diferentes densidades, desde una bruma tenue hasta una pared impenetrable que dificulta la visión y el desplazamiento.
Con palabras más simples, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) define al respecto: “El término niebla se utiliza cuando las gotitas microscópicas reducen la visibilidad horizontal en la superficie de la Tierra a menos de 1 km”.
¿Y qué es la neblina?
Por su parte, la neblina se caracteriza por ser una suspensión de gotas de agua aún más pequeñas que las de la niebla, lo que le otorga una apariencia más ligera y diáfana. La visibilidad en la neblina suele ser mayor que en la niebla, permitiendo distinguir objetos a distancias más considerables.
Al respecto, la OMM agrega: “El concepto se utiliza cuando las gotitas no reducen la visibilidad horizontal a menos de 1 km. En la práctica, neblina se considera un sinónimo de niebla ligera”.
Diferencias clave entre niebla y neblina
La principal distinción entre niebla y neblina radica en el tamaño de las gotas de agua que las componen. Las gotas de niebla son más grandes, alrededor de 40 micrómetros de diámetro, mientras que las de neblina son más pequeñas, con un diámetro aproximado de 10 micrómetros.
Esta diferencia en el tamaño se traduce en otras características distintivas:
- Visibilidad: La niebla reduce la visibilidad en mayor medida que la neblina, pudiendo llegar a ser impenetrable en algunos casos. La neblina, por su parte, permite una mejor visibilidad, aunque aún menor que en condiciones atmosféricas normales.
- Densidad: La niebla es más densa y compacta que la neblina, debido al mayor tamaño de sus gotas de agua. La neblina, en cambio, es más tenue y ligera.
- Sensación: Al caminar entre la niebla, se puede sentir una sensación de humedad en el aire y, en ocasiones, incluso percibir una leve llovizna. La neblina, por su parte, no suele generar esta sensación de humedad y la visibilidad es generalmente mayor.
¿Cómo se forman la niebla y la neblina?
Tanto la niebla como la neblina se forman por el mismo proceso: la condensación del vapor de agua en el aire. Existen diversos factores que pueden desencadenar la formación de estos fenómenos, entre los que destacan:
- Enfriamiento del aire: Cuando la temperatura del aire desciende por debajo del punto de rocío, el vapor de agua presente se condensa en pequeñas gotas de agua, dando lugar a la niebla o la neblina.
- Advección: La advección de aire frío sobre una superficie cálida también puede provocar la formación de niebla o neblina.
- Evaporación: La evaporación de agua de cuerpos de agua, como ríos, lagos o mares, puede generar neblina o niebla, especialmente en las primeras horas de la mañana cuando el aire está más frío.
¡Alerta violeta! Impactos de la niebla y la neblina
La niebla y la neblina pueden tener diversos impactos en diferentes áreas como en el transporte, ya que la baja visibilidad afecta significativamente la circulación y movilización aérea, terrestre y marítima.
Asimismo, se puede ver afectada la agricultura ya que ambos fenómenos reducen la cantidad de luz solar que reciben las plantas. Sin embargo, hay algunos cultivos que pueden verse beneficiados ya que ayudan a mantener la humedad del suelo.
Mención aparte merecen los impactos vinculados a la salud. Es que, en aquellas ciudades cuya contaminación atmosférica es grave, la exposición a la niebla o neblina contaminada puede traer serios problemas respiratorios.
Ante estos posibles escenarios, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió un alerta violeta por niebla en CABA y en provincia de Buenos Aires como así también en Entre Ríos y el sureste de Santa Fe.
¿Qué significa el color?, que no alcanza a a ser una alerta como la roja, naranja o amarillo pero que se prevén inconvenientes o dificultades en el desarrollo normal de las actividades cotidianas.