Ante las olas de calor extremo que afectan a diversas partes del mundo, hay estudios que confirman que el cerebro sufre de los efectos de las altas temperaturas. El fenómeno de calor cada vez más presente por el cambio climático afectaría directamente a las neuronas.
A pesar de que la ciencia no cree que se “derritan las neuronas”, sí confirma que el calor excesivo altera las funciones cognitivas y afecta a actividades esenciales como hacer un examen, trabajar e incluso dormir.
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Cómo disminuye la función del cerebro ante el calor extremo
La capacidad de atención y de procesar información se ve afectada por olas de calor que superan los 32°C. Ejemplo de ello es un análisis que se realizó en 2018 en las escuelas públicas de Nueva York.
Según el estudio, cuando la temperatura supera los 32°C, la nota se reduce en un 14%. Esto se concluyó luego de analizar a alumnos que realizaban el mismo examen a 22°C. Según el autor del estudio, Jisung Park, profesor de la Harvard Kennedy School, “durante el período 1998 a 2011, más de 510.000 exámenes que de otro modo se habrían aprobado, recibieron suspensos debido a las altas temperaturas, lo que afectó al menos a 90.000 estudiantes”.
Lejos de ser un fenómeno aislado que solo afecta a la salud del planeta, los resultados indican que las olas de calor, en este caso, redujeron en un 11% las probabilidades de aprobar una materia.
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En cuanto al ámbito laboral, un estudio del Laboratorio Berkley encontró resultados similares: cuando la temperatura supera los 30°C, el rendimiento laboral disminuye en al menos un 8,9%. En este sentido, el laboratorio administrado por la Universidad de California concluyó en que “la mayor productividad se da a una temperatura de alrededor de 22 °C”.
Olas de calor: cómo proteger al cuerpo de las temperaturas extremas
Pero el calor extremo no afecta solo al cerebro. Como un fenómeno integral, todo el organismo se ve afectado cuando las temperaturas superan ciertos umbrales. Cuando esto ocurre, quienes más deben protegerse son las personas de riesgo: niños, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y sobrepeso, y aquellas que trabajan al aire libre.
Para esto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda ciertas medidas fundamentales:
- Beber agua: Mantenerse hidratado para regular la temperatura corporal.
- Evitar la exposición al calor extremo: Limitar la actividad física y el tiempo al aire libre durante las horas más calurosas del día.
- Usar ropa clara y liviana: Evitar prendas apretadas y oscuras, para permitir al cuerpo respirar y transpirar adecuadamente.
- Protegerse del sol: Buscar sombra y usar protector solar.
- Consumir alimentos frescos y ricos en agua: Las frutas y verduras ayudan a mantener la hidratación y aportan