Los gatos tienen ciertos comportamientos extraños que cautivan a sus dueños. Uno de ellos es el rechazo notable hacia las puertas cerradas.
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La naturaleza exploradora de los felinos los lleva a querer controlar su entorno, y las puertas cerradas representan una barrera para ese control.
¿Por qué los gatos detestan las puertas cerradas?
De acuerdo con un estudio publicado por Live Science, los gatos tienden a sentirse incómodos cuando no tienen acceso a todos los espacios de su hogar. Esto es parte de su comportamiento territorial, ya que necesitan conocer cada rincón para sentirse seguros.
El estrés también juega un papel importante en este rechazo. Cuando se les impide moverse libremente, los gatos experimentan una pérdida de control que altera su rutina diaria, algo que detestan profundamente.
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Otro estudio de 2017, publicado en Behavioural Processes, mostró que los gatos prefieren interactuar con sus dueños antes que entretenerse con juguetes o comida, lo que demuestra su naturaleza más social de lo que comúnmente se cree. Por eso, mantener puertas cerradas puede ser percibido por ellos como una interrupción en esa interacción.
¿Cómo facilitar la convivencia con los gatos, teniendo puertas?
Para aliviar la ansiedad que provoca este comportamiento, los expertos sugieren opciones como la instalación de una puerta gatera o el uso de ventanas con vistas al exterior.
Entender estas necesidades gatunas ayuda a mejorar la convivencia con los gatos y les permite seguir su instinto de curiosidad y control, contribuyendo a su bienestar emocional.