Los aerogeles son materiales sólidos de muy baja densidad y alta porosidad. Se caracterizan por ser ligeros como el aire, excelentes aislantes térmicos y acústicos, y con una gran superficie interna. Pero además tienen un gran potencial para contribuir a la sostenibilidad ambiental en diversos campos, especialmente, en el del ahorro y eficiencia de la energía.
El sector energético es el principal responsable del cambio climático, ya que representa alrededor del 60% de las emisiones mundiales de GEI. Estas emisiones contribuyen al calentamiento global, con graves consecuencias para el planeta, como el aumento del nivel del mar, eventos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad.
“A medida que aumenta la demanda de conservación de energía, se necesitan más que nunca materiales de alto rendimiento que ayuden a impulsar el ahorro de energía. Los aerogeles son uno de esos materiales: estos aislantes térmicos únicos ofrecen una combinación de transparencia y baja conductividad térmica, lo que los convierte en candidatos ideales para muchas aplicaciones, como el aislamiento térmico de ventanas”, subraya una investigación publicada en Nature Communications.
El desafío de los aerogeles flexibles: su uso generalizado
Más allá de sus bondades, los aerogeles se rompen fácilmente, lo que limita su uso generalizado. Sobre este punto, los expertos Kazuyoshi Kanamori y Ryota Ueoka vienen desarrollando aerogeles transparentes muy flexibles creando sintéticamente estructuras similares a fibras dentro del material.
“El equipo utilizó aerogeles de poli(metilsilsesquioxano) (PMSQ), que tienen una arquitectura porosa inusual, como modelos para los aerogeles recién construidos. El resultado: aerogeles mecánicamente flexibles, con una capacidad de flexión significativamente mayor que la reportada anteriormente”, indica el estudio publicado en la revista científica.
Con estas modificaciones, esta opción puede ser clave para reducir los Gases de Efecto Invernadero (GEI) de la industria energética e impactar directamente en el consumo domiciliario. Se estima que los aerogeles pueden reducir la pérdida de calor en edificios hasta en un 80%, lo que se traduce en un ahorro significativo en la factura eléctrica.
En la misma línea, un estudio del Laboratorio Nacional de Oak Ridge en Estados Unidos encontró que el uso de aerogeles como aislamiento en edificios podría ahorrar 3.300 millones de dólares en costos de energía al año.
Claramente este material innovador tiene un gran potencial para contribuir a la sostenibilidad ambiental en diversos sectores. Su desarrollo y aplicación podrían marcar una diferencia significativa en la lucha contra el cambio climático y la protección de nuestro planeta.