En el Día Mundial del Agua, celebrado cada 22 de marzo, la Reserva Natural Villavicencio (RNV) se consolida como un faro de conservación y educación ambiental desde Argentina y para el mundo. Ubicada en la provincia de Mendoza y con más de 60.000 hectáreas protegidas, este espacio no solo es un santuario de biodiversidad, sino también un destino accesible para todos aquellos que deseen conectarse con la naturaleza y aprender sobre la conexión y el cuidado con las fuentes de agua, es decir, de vida.
Mientras celebra su 25° aniversario, la Reserva reafirma su compromiso con la protección del ambiente a través de programas de conservación, investigación científica y educación ambiental. Su propósito de guardiana del agua tiene un largo recorrido y una historia dedicada a la comprensión, valoración y gestión de los recursos hídricos en un país semiárido que pese a su abundancia enfrenta la amenaza de la escasez y del cambio climático.

La Reserva Natural Villavicencio, un emblema de conservación
El agua en general es un recurso limitado en nuestro planeta. Más del 97% es salada, solo 2.5% es dulce, y menos del 1% resulta accesible para el consumo humano.
Dentro de estos porcentajes, los humedales son parte crucial de casi toda la proporción del agua dulce que consumimos. Asimismo, estos ecosistemas desempeñan un papel crucial en la biodiversidad y en la mitigación del cambio climático, al actuar como sumideros de carbono y reguladores naturales del ciclo del agua.
Declarada Área Natural Protegida en el año 2000 y reconocida como Sitio Ramsar desde 2017, la RNV alberga más de 45 humedales, ecosistemas vitales para la conservación del agua y la vida silvestre. Estos humedales, ubicados en una zona única donde convergen tres ambientes distintos (monte, cardonal y puna), son clave para garantizar la salubridad del agua y la preservación de especies nativas.
¿Cómo trabaja la RSV para alcanzar sus objetivos? En su roadmap, la RSV desarrolla diversos programas que garantizan el cuidado, la investigación, y la educación. “Los humedales son verdaderos refugios de vida en un mundo que los necesita más que nunca. Cuidarlos no es una opción, es una responsabilidad para garantizar agua, biodiversidad y futuro”, aporta Silvina Giudici, responsable de la Reserva.
El Programa de Visitas Educativas recibe anualmente a más de 6.000 estudiantes, fomentando una ciudadanía consciente y comprometida con el cuidado del planeta.
Bajo el modelo de turismo sostenible, la RNV también recibe a más de 95.000 visitantes al año en su Hotel Termal y Centro de Interpretación. Aquí, los visitantes pueden vivir una experiencia única en el lugar donde nació la primera agua mineral argentina, mientras aprenden sobre la importancia de proteger las fuentes de agua y los ecosistemas que las sostienen.

Un modelo de negocio con impacto positivo
Como parte de Aguas de Origen, una Empresa B certificada, la Reserva Natural Villavicencio refuerza su propósito de impacto positivo, demostrando que es posible combinar conservación, educación y turismo responsable. En un país con 23 Sitios Ramsar, la RNV se destaca como un ejemplo de cómo la protección de los humedales y la biodiversidad puede contribuir a un futuro más sostenible.
En este Día Mundial del Agua, la RSV invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar este recurso vital y a sumarnos a su misión de conservación. Porque el agua no solo es esencial para la vida, sino también un legado que debemos proteger para las generaciones futuras.