Las políticas que los gobiernos toman a favor del ambiente son esenciales para pensar en un futuro sostenible. Sin embargo, los billones de dólares anuales que se destinan a industrias contaminantes y extractivas demuestran que los países siguen financiando áreas destructivas a través de subsidios ambientalmente perjudiciales (EHS).
Así lo descubrió la actualización del análisis de Earth Track, que encontró que se gastan 2,6 billones de dólares (para tomar dimensión, 2.600.000.000.000 dólares) en subsidios que impulsan la destrucción de la naturaleza. Según el análisis, equivale al 2,5% del PIB mundial.
A través del acuerdo de Kunming-Montreal, los gobiernos se han comprometido a reducir los EHS para 2030. Sin embargo, esta evidencia demuestra que las inversiones en áreas contaminantes no dejan de crecer.
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Subsidios ambientalmente perjudiciales: qué son
Los subsidios ambientalmente perjudiciales (EHS) son aquellos incentivos económicos que involuntariamente fomentan la destrucción de la naturaleza, porque van destinados a industrias sustentadas en prácticas como la deforestación.
Tal como explica Doug Koplow, uno de los autores del análisis de Earth Track, “son subsidios que los gobiernos otorgan en muchas formas diferentes (no solo en efectivo) y que tienen como resultado acelerar la extracción de recursos naturales, el daño a los hábitats naturales y la contaminación”.
Las 9 industrias que reciben más subsidios para destruir al planeta
La actualización del informe titulado “Proteger la naturaleza reformando los subsidios perjudiciales para el ambiente” encontró que “el salto más grande” en el aumento de subsidios entre 2022 y 2024 se produjo en el sector de los combustibles fósiles, principalmente, porque “los crecientes precios de la energía de la invasión rusa de Ucrania provocaron un gran aumento en programas de subsidios a los consumidores en muchos países en todo el mundo”.
Al sector de los combustibles fósiles le sigue el sector de la Agricultura, el Agua y el Transporte.
Estas áreas, sumadas a la Construcción, la Pesca, la Minería, los Plásticos y el Sector Forestal, han recibido sumas millonarias para realizar actividades que atentan contra los objetivos del Acuerdo de París y la Agenda 2030.
Tal como explica el análisis de Earth Track, el Plan de Biodiversidad (2022) comprometió a 196 gobiernos a identificar todos los EHS para 2025 y reformarlos para 2030. Sin embargo, hasta 2024, los subsidios perjudiciales para el ambiente no han hecho más que crecer: desde 2022 han aumentado en 800.000 millones de dólares, siendo los combustibles fósiles y la agricultura las áreas que más financiamiento han recibido.
Con esta información (que, incluso, siguen habiendo “importantes lagunas de datos en los sectores del agua y la silvicultura”), los autores creen que alcanzar las reformas de los EHS para reducir al menos 500.000 millones de dólares hacia 2030, será todo un desafío.
Christina Figueres, economista costarricense, que fue directora de cambio climático de la ONU durante las negociaciones del acuerdo de París, piensa lo mismo: “Dos años después de la firma del histórico plan de biodiversidad, seguimos financiando nuestra propia extinción, poniendo a las personas y a nuestra resiliencia en un enorme riesgo”, dijo, tras la publicación del contundente informe.
¿Vos qué opinás acerca de los subsidios ambientalmente perjudiciales?