El Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura se celebra cada 26 de junio como una de las efemérides sociales más importantes de cada año. A pesar de estar prohibida por el derecho internacional, la tortura sigue siendo moneda corriente en 2024, principalmente en los países más vulnerables y en contextos de conflicto como la invasión de Rusia a Ucrania.
La Organización de las Naciones Unidas declaró esta fecha en 1997 para unir a todos los ciudadanos, organizaciones y países en el apoyo de los cientos de miles de personas que en el mundo entero han sido y son víctimas de tortura.
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Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura
El 26 de junio marca el día que entró en vigencia la Convención de la ONU contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, en 1987. Hoy, la Convención está constituida por 174 países.
La tortura se considera un crimen contra la humanidad. Está prohibida por el derecho internacional y no puede justificarse en ninguna circunstancia. Esto significa que todos los países deben cumplirla, aunque no hayan firmado tratados específicos que prohíban la tortura, según indica la ONU.
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La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
Esta convención entiende como “tortura” a todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de información, de castigarla, intimidarla, o por cualquier razón basada discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por una persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento.
Al ser parte del derecho internacional, el documento abarca a todos los países del mundo y establece que nadie será sometido a tortura ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Aún así, ¿ocurre esto en la vida real? A 2024, aún hay países que, entre conflictos de guerra, religiosos o culturales, aplican la tortura como un método injustificado, infringiendo esta norma internacional.
Desde la organización Open Arms, explican que todo el tiempo escuchan historias de personas sometidas a “horrores inimaginables” en países como Libia y Túnez. Según la ONG que se dedica a proteger las vidas de los más vulnerables en situaciones de emergencia en el mar Mediterráneo y en tierra, estos regímenes son financiados por gobiernos europeos y la Unión Europea.