El revolucionario documental Christspiracy, que profundiza en la relación entre animales y espiritualidad, propone diversas teorías controversiales en torno al consumo de carne.
Entre ellas, la escritora Carol J. Adams, entrevistada por Kip Andersen y Kameron Waters, plantea un contundente mandato de género que se ve reflejado en la idea del consumo de carne como un símbolo de masculinidad.
En su libro ‘La política sexual de la carne‘ (1990) Adams expone una de las teorías más disruptivas y profundas entre la cultura, el machismo y el consumo de carne.
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Christspiracy: la alimentación como un mandato de género
Según el documental Christspiracy, que llevó 5 años de investigación para descubrir cuál era la verdadera alimentación de Jesús, el relato de la Iglesia que habla de un Jesucristo ficticiamente carnívoro, ha influenciado el consumo de carne en los países occidentales.
Pero dentro de esa influencia cultural, un aspecto crucial ha sido la histórica imposición de un mensaje social que relaciona el consumo de carne con la masculinidad.
Así lo plantea Carol Adams, autora de “La política sexual de la carne” (1990), que expone la relación entre el consumo de carne y el patriarcado.
Para la activista, “La carne está tan identificada con la ética patriarcal, que termina justificando los medios y la violencia como una forma de obtener placer”.
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En la actualidad, Christspiracy expone a las publicidades como el medio favorito para infundir, de manera inconsciente, el consumo de carne como un sinónimo de masculinidad.
Sin embargo, Adams expone una teoría crítica feminista que devela la existencia de esta relación desde hace tiempo. Según la aclamada escritora, el concepto de “ausencia referencial” es central para comprender el proceso en que los animales son despersonalizados y transformados en productos, de manera similar a cómo las mujeres son deshumanizadas y reducidas a objetos sexuales en la cultura machista que aún pervive en muchos países del mundo.
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Esto, según Christspiracy y la autora estadounidense, distorsiona la realidad, separando la inherente violencia del consumo de carne del maltrato animal, el cual, además, es gravemente incentivado en la población masculina.
¿Vos creés que los hombres son más impulsados a comer carne que las mujeres?