Si hay algo que enseña el cambio climático es que si no hacemos nada, el drama siempre puede ser peor. Es que, según datos provisionales de satélite publicados por Copernicus, la temperatura media global de este 22 de julio fue de 17,15°C, unos 0,06°C más que el récord anterior producido en julio del 2023.
Según señala Copernicus, perteneciente al Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, “las temperaturas mundiales son ahora las más altas que se han registrado en unos 125.000 años, esto como resultado del cambio climático causado por la quema de carbón, petróleo y gas así como por la deforestación”.
Al respecto, la Dra. Joyce Kimutai, climatóloga del Imperial College de Londres, aseguró: “Esto es exactamente lo que la ciencia climática nos dijo que ocurriría si el mundo seguía quemando carbón, petróleo y gas. Y seguirá calentándose hasta que dejemos de quemar combustibles fósiles y alcancemos las emisiones netas cero”.
Por su parte, Christiana Figueres, jefa de las negociaciones climáticas de la ONU entre 2010 y 2016, cofundadora de Optimismo Climático agregó: “El tan utilizado término «sin precedentes» ya no describe las horribles temperaturas que estamos estamos experimentando. Las naciones del G20 se enfrentan a una realidad peligrosa que deben abordar con decisión con políticas que aceleren el despliegue de las energías renovables y la eliminación prudente de los combustibles fósiles”.
A las voces expertas se sumó Dr. Karsten Haustein, científico del clima de la Universidad de Leipzig, quien enfatizó que “aunque los registros diarios de temperatura deben tomarse con cautela, este pasado lunes podría haberse establecido un nuevo récord mundial de temperatura media absoluta más cálida de la historia”.