Los incendios en la Patagonia han devastado miles de hectáreas de bosques nativos en las provincias de Río Negro, Neuquén y Chubut, generando una crisis ambiental sin precedentes. Ante esta situación, un grupo de obispos de la región expresó su profunda preocupación y llamó a la comunidad a la reflexión y la acción conjunta para enfrentar la catástrofe. Mientras tanto, brigadistas y bomberos continúan luchando contra el fuego en diferentes puntos de la región, con condiciones climáticas adversas que dificultan las tareas de control.
En un comunicado titulado A la comunidad de la Patagonia y a todos los hermanos y hermanas de la región, los obispos manifestaron su solidaridad con las familias afectadas y destacaron la gravedad de la pérdida de vidas humanas, en referencia al fallecimiento de un vecino de Mallín Ahogado. También reconocieron el arduo trabajo de los bomberos y brigadistas que, desde hace semanas, intentan frenar el avance del fuego.
Pérdida de la biodiversidad: una crisis sin precedente
El Parque Nacional Lanín es uno de los más afectados, con más de 22.000 hectáreas consumidas por las llamas. Allí, más de 260 brigadistas y 13 medios aéreos trabajan incesantemente desde enero para controlar el incendio. La situación también es alarmante en el Parque Nacional Nahuel Huapi, donde el fuego ha devastado más de 11.000 hectáreas, afectando especialmente las zonas de El Manso y Los Manzanos. En El Bolsón, la destrucción alcanza las 4.000 hectáreas, aunque las autoridades informaron que varios focos han ingresado en fase de enfriamiento, permitiendo el inicio de trabajos de limpieza y restauración.
Uno de los aspectos más preocupantes es la pérdida de biodiversidad. Según el biólogo Javier Grosfeld, del Centro Científico Tecnológico (CCT) Conicet Patagonia Norte, la destrucción de bosques húmedos y selva valdiviana afecta gravemente a la flora y fauna de la región. Especies como el alerce, el mañiú hembra y el tineo, presentes en los bordes de los lagos Roca y Martín, podrían tardar décadas en regenerarse. La recolonización de los bosques de coihue dependerá de la intensidad del fuego y la preservación del suelo, mientras que especies como la lenga, que no rebrota, enfrentarán una recuperación aún más difícil.
En El Bolsón, la propagación del fuego se vio favorecida por la presencia de especies exóticas y la influencia de la actividad humana. En Mallín Ahogado, la combinación de fuertes vientos y la vegetación antropizada resultó en una rápida expansión del fuego. Además, se reportaron numerosas pérdidas de animales de granja y animales de compañía, lo que agrava aún más el impacto social y económico del desastre.
Por su parte, el Parque Nacional Lanín enfrenta una recuperación que podría extenderse entre 60 y 70 años. Martín Toledo, jefe de Incendios, Comunicaciones y Emergencias de la zona, explicó que muchas especies necesitan incendios periódicos para regenerarse, pero el cambio climático y la acción humana han modificado estos ciclos naturales. La destrucción de vegetación clave como las araucarias, los raulíes y los coihues pone en riesgo a diversas especies animales, incluyendo zorros, pudúes, hurones y anfibios que dependen de estos ecosistemas.
En este contexto, los obispos patagónicos enfatizaron la necesidad de enfrentar no solo las llamas, sino también las causas subyacentes de la crisis ambiental. En su mensaje, hicieron un llamado a la solidaridad y la responsabilidad, instando a la comunidad a “purificar nuestros corazones” y trabajar en conjunto para la reconstrucción de la región. También señalaron la urgencia de acciones gubernamentales más contundentes para evitar que estos desastres se repitan.
Las tareas de restauración ya han comenzado en algunas zonas afectadas. En El Bolsón, se implementó un plan basado en tres ejes: retiro de escombros, limpieza de la banquina y recuperación de la red eléctrica. Sin embargo, la reconstrucción de los ecosistemas llevará mucho más tiempo y requerirá esfuerzos coordinados entre el Estado, las organizaciones ambientales y la sociedad civil.
La Iglesia cerró su mensaje con un llamado a la esperanza, subrayando que “la reconstrucción es responsabilidad de todos” y que solo a través del esfuerzo colectivo se podrá superar esta tragedia. En medio del dolor y la incertidumbre, la solidaridad se presenta como el único camino para sanar las heridas dejadas por el fuego en la Patagonia.
Fuentes:
- Infobae: Incendios en la Patagonia: obispos de la región expresaron su preocupación y apuntaron contra aquellos que “desprecian la vida y la creación”
- La Nueva: Incendios en el sur: cómo sigue la situación en Nahuel Huapi, Lanín y El Bolsón
- Río Negro: Incendios en Lanín, Bariloche y El Bolsón: la pérdida de biodiversidad preocupa a los especialistas