“Lo que me parece importante es que estos compromisos se traduzcan en resultados en la economía real, que es donde realmente se pone en práctica la acción por el clima”, dijo Simon Stiell, el Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático en el marco de la clausura de la COP28, la Cumbre por el Clima que se llevó a cabo en Dubái, en Emiratos Árabes Unidos (EAU) del 30 de diciembre al 12 (casi 13) de diciembre.
“En este frente, la COP28 dio algunos pasos importantes. Se han hecho progresos”, sumó el funcionario y enumeró los logros:
- Triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética.
- Poner en funcionamiento el fondo de pérdidas y daños, y hacer un primer pago inicial.
- Un marco para el Objetivo Global de Adaptación.
Sin embargo, a pesar de los avances, dejó en claro que las iniciativas anunciadas “son salvavidas de la acción climática, no la línea de meta”. “La COP28 también tenía que poner freno al principal problema climático de la humanidad: los combustibles fósiles y su contaminación que quema al planeta”, añadió.
COP28: un freno (¿real?) a los combustibles fósiles
Podría decirse que la COP28 fue la COP de las “primeras veces”. En primer lugar, porque el texto final fue el único en estos 28 años de conferencias climáticas en mencionar abiertamente el abandono del petróleo y el gas.
Concretamente, pide a los países que abandonen los combustibles fósiles rápidamente, de forma justa y ordenada. Es en este punto donde se suma el incremento de las energías renovables para 2030.
En esa transición energética “justa y ordenada”, tras varios y acalorados debates, concluyeron en que será necesario utilizar “combustibles de transición” . Específicamente, se trata de un guiño al llamado “gas natural”, que es fuertemente cuestionado porque no deja de ser un combustible fósil.
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“La COP28 también tenía que poner freno al principal problema climático de la humanidad: los combustibles fósiles y su contaminación que quema al planeta. Aunque en Dubái no hemos pasado totalmente la página de la era de los combustibles fósiles, es evidente que estamos ante el principio del fin”, agregó el Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático.
“En todas las etapas, la acción por el clima debe avanzar a la par que el desarrollo humano, la dignidad y las oportunidades para todos. Hemos escuchado las preocupaciones de Samoa y de todos los Estados insulares” que “dejaron claro en la plenaria que este consenso no es suficiente para proteger a sus poblaciones y al planeta. El hecho de que recibieran los aplausos más prolongados es un claro indicio de que estas opiniones son ampliamente compartidas”, enfatizó.
También, Still fue categórico: “Actualmente nos dirigimos a algo menos de 3 grados. Esto sigue equivaliendo a un sufrimiento humano masivo, razón por la cual la COP28 necesitaba hacer avanzar las cosas”.
No obstante, el representante de la ONU reconoció que el texto presenta lagunas y eso podría dar margen a una libre interpretación que podría ir en contra de los objetivos del Acuerdo de París. “El texto deja mucho margen a la interpretación. Ya han oído los comentarios del Enviado de Estados Unidos para el Clima en el sentido de que EE.UU. está comprometido con la interpretación más ambiciosa de este texto”, dijo.
Y ejemplificó: “Si el resto de los países no adoptan este enfoque, las lagunas jurídicas nos harán vulnerables a los intereses creados de los combustibles fósiles, lo que podría hacer fracasar nuestra capacidad de proteger a la población de todo el mundo frente a los crecientes efectos del cambio climático”.
Para poder continuar con los compromisos asumidos en el tratado del 2015, el Secretario de ONU Cambio Climático hizo hincapié en la importancia de las NDC actualizadas que deben entregar los países miembros del acuerdo en menos de dos años: “A principios de 2025, los países deberán presentar nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional. Todos y cada uno de los compromisos -de financiación, adaptación y mitigación- deben situarnos en la línea de un mundo de 1,5 grados”.
¿Y el financiamiento climático?
Las “responsabilidades comunes, pero diferenciadas” son un lema de las COP. Es que son los países desarrollados, los más ricos, los que más vienen emitiendo gases de efecto invernadero (GEI) que terminan perjudicando (a todos, incluso a ellos mismos), pero principalmente a los más en desarrollo, los más empobrecidos, ya que fueron colonia de los que ahora son considerados “primer mundo”.
Esta COP28 logró oficializar y recibir el primer capital para el fondo de financiamiento de daños y pérdidas, es decir, una compensación económica para los países en desarrollo que sufrieron (y sienten y sentirán) las consecuencias del cambio climático de manera ya inevitable en algunas circunstancias.
Sin embargo, la promesa de los 100 000 millones de dólares anuales de los países desarrollados a los en desarrollo sigue sin cumplirse y por más tratado que haya, parece que queda a la libre voluntad de los estados ricos en cumplir o no con su palabra.
Los avances son, de por sí, históricos, pero como dice el refrán: Del dicho al hecho… hay una transición energética que debe ser equitativa para todo el globo.