Este viernes 26 de julio comienzan oficialmente los Juegos Olímpicos de París 2024, y el 28 de agosto, los Paralímpicos. Mientras los atletas se preparan física y mentalmente para vivir una nueva edición en la capital francesa, también surge un tema entre los deportistas que quizás antes era considerado tabú: el de la salud mental.
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¿Por qué se habla de salud mental en París 2024?
Jessica Bartley, directora sénior de servicios psicológicos del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos, reveló que aproximadamente la mitad de los atletas del país en las últimas dos Olimpiadas señalaron haber sufrido aunque sea uno de los siguientes: ansiedad, depresión, trastornos de sueño, trastornos alimentarios, uso o abuso de sustancias.
Depresión postolímpica
Ejemplo de ello es Lydia Jacoby, estrella emergente en la piscina para los Estados Unidos en los últimos Juegos Olímpicos, quien ganó una medalla de oro en los 100 metros pecho y una de plata en relevos. Pero lo que vino después fue el ocaso. “La gente habla de la depresión postolímpica”, dijo. “Básicamente, no entendía el tema de la depresión. No fue hasta después de los Juegos que pensé: Oh, estoy sintiendo eso un poco”.
Jacoby no clasificó para los Juegos Olímpicos de París 2024, y hoy es plenamente consciente del fenómeno que quizás no entendía en su momento. Lo atravesó, lo superó y lo habla abiertamente.
Además de Lydia, otros atletas salieron a expresarse en torno al tema. Simone Biles y Naomi Osaka, quienes participaron en los últimos Juegos retrasados por la pandemia, en 2021, y el nadador retirado Michael Phelps con múltiples medallas y récords, dieron sus testimonios. Estos tres deportistas manifestaron la importancia de proteger, medir y mejorar la salud mental de todos los competidores.
Michael Phelps y la depresión
El mismo Phelps habló sobre tener “pensamientos suicidas” en el apogeo de su carrera y participó en la producción de un documental sobre la depresión entre los atletas olímpicos. También llamó abiertamente al Comité Olímpico Internacional (COI) y a la USOPC para que hagan más para contribuir con la erradicación de esta problemática.
“Creo que hay algo que decir cuando muchos atletas muy buenos hablan sobre el mismo tema. Sé que no todos los deportistas sienten lo mismo; algunas personas simplemente sienten las cosas de manera diferente”, sumó Osaka, cuatro veces campeona de Grand Slam y exnúmero 1 del tenis.
La japonesa ha sido muy franca sobre sus episodios de ansiedad y depresión y fue una de las primeras figuras del deporte en tomar descansos de salud mental lejos de la competencia, allanando el camino para otros.
Biles, quien obtuvo siete medallas olímpicas en el camino, llamó la atención y, de algunos, las críticas, por retirarse de las pruebas en Tokio debido a un bloqueo mental, conocido en el mundo de la gimnasia como “los twisties”, que la hacía temer intentar ciertos movimientos peligrosos.
“Hacer o morir, vida o muerte”
Gracias a la actitud abierta que tuvo Biles, otros atletas como la piragüista Nevin Harrison, medallista de oro en Tokio, se animó a hablar también. “Ansiedad, miedo, estrés… todos van a ser partes muy importantes para competir en un nivel tan alto”. Simone les hizo ver que existía una salida. “Estaba, en un momento, en esos zapatos. Pensaba: ¡Es hacer o morir! ¡Es de vida o muerte!”, dijo el boxeador Morelle McCane.
A diferencia de hoy, algunos atletas como Janet Evans recuerdan que antes no existía ni la empatía ni la asistencia. “Nadie me enseñó que estaba bien perder”, sostiene la ganadora de cuatro oros en natación en los Juegos de 1988 y 1992.
Incluso el jugador de rugby Perry Baker, de 38 años, ha visto cambios desde su debut olímpico en Río de Janeiro 2016. “Había que aguantar. Sentías que no podías hablar con nadie”, dijo quien estuvo brevemente con los Philadelphia Eagles de la NFL.
París 2024 contará con profesionales de la salud mental
Dos años atrás, los Juegos de Invierno de Pekín, fueron los primeros en los que se emitieron credenciales adicionales para que los Comités Olímpicos nacionales llevaran a profesionales de la salud mental. En París habrá más de 170 procedentes de más de 90 países.
Además, habrá una línea de ayuda las 24 horas del día, los siete días de la semana, con consejeros de salud mental en más de 70 idiomas. Mismo una IA monitoreará las redes sociales de los atletas en busca de ciberacoso, y se abrirá una “zona mental” en la Villa Olímpica con un área de yoga, luz tenue, asientos cómodos y otras herramientas “dedicadas a la desconexión, la descompresión”, según Kirsty Burrows, jefa de una unidad del COI centrada en la salud mental de los atletas.
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