Una vez más tenemos que hablar de temperaturas récord. Resulta que un nuevo informe reconoce que el mes pasado fue el segundo abril más cálido registrado hasta el momento, solo superado por el mismo mes de 2024.
Según el servicio Copernicus de la Unión Europea, la temperatura fue 1,51 grados Celsius más alta que el promedio preindustrial. Con estos registros, el planeta enfrenta un escenario cada vez más crítico, donde 21 de los últimos 22 meses han superado el umbral de 1,5 °C, límite clave establecido en el Acuerdo de París.
Un abril casi récord
Según los datos de Copernicus, abril de 2025 registró una temperatura apenas 0,07 °C inferior al récord absoluto, establecido en abril de 2024, pero superó en la misma proporción al tercer abril más caluroso, el de 2016. Estas mínimas diferencias reflejan una constante: el planeta no deja de acumular meses excepcionalmente cálidos.
Samantha Burgess, responsable estratégica del clima en el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo, subrayó: “A escala mundial, abril de 2025 fue el segundo abril más cálido registrado, continuando la larga secuencia de meses por encima de 1,5 °C respecto a la temperatura preindustrial”.
Además, el análisis del último año (de mayo de 2024 a abril de 2025) revela que la temperatura global se mantuvo 0,70 °C por encima del promedio 1991-2020 y 1,58 °C sobre el nivel preindustrial.
Europa no escapa al calor
El continente europeo también vivió un abril inusualmente cálido, con una temperatura media de 9,38 °C, lo que representa 1,01 °C más que el promedio entre 1991 y 2020. Esto lo sitúa como el sexto abril más caluroso en la región.
Sin embargo, el calor no se distribuyó de manera uniforme. Las mayores anomalías térmicas se registraron en Europa oriental, Rusia occidental, Kazajistán y Noruega, donde las temperaturas fueron significativamente más altas de lo habitual. En contraste, zonas como Turquía, el este de Bulgaria y Rumanía, la península de Crimea (ocupada por Rusia) y el norte de Fenoscandia experimentaron condiciones más frías que el promedio.
Este patrón desigual no es nuevo: refleja la creciente variabilidad climática, donde eventos extremos —olas de calor, sequías, inundaciones— se alternan con anomalías locales de frío, dificultando la adaptación de las poblaciones.
¿Por qué sigue aumentando la temperatura?
Los científicos atribuyen este calentamiento persistente a dos factores principales:
- Las emisiones de gases de efecto invernadero, que siguen en niveles récord a pesar de los compromisos globales.
- El fenómeno de El Niño, que, aunque está decayendo, aún influye en el aumento de las temperaturas oceánicas y atmosféricas.
A esto se suma la pérdida acelerada de hielo marino en el Ártico y el debilitamiento de corrientes oceánicas clave, como la AMOC (Circulación Meridional de Retorno del Atlántico), que podrían estar exacerbando los extremos climáticos en Europa y otras regiones.
Aunque el Acuerdo de París estableció como meta mantener el calentamiento global “muy por debajo de los 2 °C” y preferiblemente en 1,5 °C, la realidad actual sugiere que el mundo podría superar este límite antes de 2030. La comunidad científica insiste en que aún es posible evitar los peores escenarios, pero solo con recortes drásticos e inmediatos de emisiones.
Mientras tanto, los efectos ya son palpables: desde cosechas afectadas por sequías hasta ciudades que batallan contra olas de calor mortales. Un reciente estudio citado por Copernicus señala que la población europea se adapta mejor al frío que al calor, lo que aumenta la vulnerabilidad ante veranos cada vez más extremos.
*Profundizá accediendo al informe de Copernicus: https://climate.copernicus.eu/copernicus-second-warmest-april-globally-global-temperature-still-more-15degc-above-pre-industrial
*Fuente: El Tiempo